Este tipo de pruebas somete los productos a vibraciones controladas para analizar cómo responden a esfuerzos mecánicos similares a los que enfrentarían en condiciones reales. Gracias a ello, es posible detectar puntos débiles o fallas ocultas que podrían comprometer su funcionamiento a largo plazo.

En sectores como la aeroespacial, automotriz y electrónica, la fiabilidad es clave. Las pruebas de vibración permiten:

• Comprobar que los productos mantengan su resistencia y estabilidad con el tiempo.
• Asegurar el cumplimiento de las normas de seguridad y rendimiento.
• Evitar fallos en campo que podrían derivar en reparaciones costosas o retiradas de producto.

La duración depende del tipo de producto, los objetivos de la prueba y las normas que se sigan. Algunas evaluaciones se completan en cuestión de horas, mientras que otras pueden extenderse por varios días o incluso semanas para reproducir con precisión las condiciones de uso prolongado y obtener resultados más representativos.